Conclusión

En tu vida habrá cosas y hechos que dependerán de ti y otros
que no.

Querrás hacer, vivir, probar. En tu apertura a la vida es normal que quieras conocer todo lo desconocido y a veces quizá lo que no es recomendable o que está prohibido. Recuerda el principio de acción-reacción, es decir, que cada acto tiene sus consecuencias. Valora primero qué consecuencias puedes afrontar y después toma tus decisiones. Porque eres tú quien debe decidir qué hacer y qué no. Actúa lo mejor posible en lo que dependa de ti y acepta con tranquilidad lo que no dependa de ti.

Trata a los demás con justicia y respeto, cómo te gustaría que te trataran a ti.

Practica el comportamiento adecuado una y otra vez, hasta que ya sea tu forma normal de comportarte.

Y cada noche antes de acostarse analiza lo que has hecho bien y lo que has hecho menos bien y que puedes hacer mejor en otra ocasión.

Por último, te diré que las personas deben tener un objetivo en la vida.

Para algunos, el dinero es lo más importante. Hay muchas personas ricas muy desgraciadas y no conocen la felicidad. La riqueza no justifica que pueda ser feliz.

Otros quieren ser felices y buscan la felicidad, pero no la encuentran. ¿Sabes por qué?

Porque la felicidad como felicidad en sí misma no existe.

Recorremos el camino de la vida entre las flores (lo bueno que nos pasan) y las piedras (los problemas que tenemos), e intentar vivir lo bueno y no tropezar con lo malo nos permite disfrutar de pequeños momentos de felicidad. Éste es el verdadero camino que debemos tomar, pero no todo el mundo sabe cómo hacerlo.

Acepta el compromiso de vivir tus ideales. Y no dejes a un lado tus propósitos.

Buen viaje en esta maravillosa aventura de vivir la vida y te deseo que seas muy feliz.